jueves, 27 de enero de 2011

La última de calamares... nooooooo





Aprovechando que la temporada está siendo productiva, en este tipo de pesca, el objetivo de la salida era evidentemente la pesca del calamar y como no a curricán. A parte de poder coger algunos para degustar, la idea era conseguir otros tantos de medida para utilizarlos al día siguiente como cebo vivo.

Así que nos pusimos manos a la obra, mi padre y el que suscribe. Llegados a la zona elegida, todo y que no estaban muy por la labor, después de realizar varias pasadas nos hicimos con unos cuantos. Entre ellos había uno de gran tamaño, con una vaina de cerca de 70 cm. que nos sorprendió con un frenazo de la línea considerable y que esta vez atacó a un pez de 13 cm. algo mayor de los que usamos otras veces. En concreto un Tobimaru, "adaptado" para la pesca de esta especie con una corona doble en la anilla de la cola (en lugar de los triples habituales) dejando el triple central por si quien se decidía a picar ,era algún cazador nocturno tipo lubina. ¡Qué ganas les tengo!.



Con el primer objetivo cumplido el día anterior, a la mañana siguiente tocaba madrugar. Así que todavía de noche y con mucho frío, nos dirigimos a la zona elegida. Después de hacer un par de derivas, para tener una idea de en que fondo había actividad y cuando debíamos empezar a bajar los cebos, comenzó la prueba. El resultado fue que los peces nos ganaron por goleada ya que no obtuvimos ninguna picada.

Me consta que realizar este tipo de pesca, depara capturas extraordinarias, sólo hace falta echarle un vistazo al blog del amigo Andrés:http://andresylapesca.blogspot.com/, además de lo relativamente sencillo del montaje, ahora hace falta que se conjuren, aquellos aspectos que todos sabemos para que sea un día glorioso.

Reconozco que las dos veces en que lo he probado quizá no le haya dedicado el tiempo necesario. Aún así lo seguiré probando y eso si, previa captura de los escurridizos calamares.



La captura de un dentón, una buena serviola o un buen mero (como el de la foto pescado por Dani, que del susto que se llevó se atragantó con el pulpo que se había zampado) bien merece la pena hacer este "sacrificio". Así que mientras los calamares estén accesibles seguiremos probando.

domingo, 16 de enero de 2011

Pesca con rubbers



La intención con la que íbamos el otro día, era la de "sondear" una zona nueva de pesca. Nos habían dicho que salían buenos pageles, así que con esa idea planificamos una de las salidas del fin de semana. Yo me centraría en tentarlos con cebo y mi mujer lo probaría con rubbers y pequeños jigs.

Para mi uno de los mejores cebos para pescar este y otros espáridos, es sin duda el americano . Por diversos motivos para esta jornada no pudimos disponer de él, craso error por que creo que la jornada se hubiese desarrollado de otra manera. Así que el cebo que utilicé fue el ermitaño y las patas de los calamares que habíamos cogido la noche anterior.

Después de varias pasadas y de probar en diferentes fondos, obtuve las primeras picadas, escasas y muy espaciadas y que se tradujeron en piezas de tamaño medio. El ermitaño se llevó la palma, ya que la mayoría de las capturas fueron con él, las patas del calamar bien presentadas y como no licradas, engañarón a una buena araña y algún otro pagel.

Mientras yo me peleaba con estos elementos, Rosa iba disparando la cámara y esperando su momento, que más tarde llegaría.


Cansados de la poca actividad que había por la zona, decidimos ir a unas piedras que nos son bastante conocidas sobre un fondo de algo más de 30 metros. Así que manos a la obra, yo con la misma técnica que antes y Rosa con sus "pulguitas de colores". Al cabo de unas cuantas bajadas, la oí decir: "me han picado" y al girarme vi su caña arqueada y a ella con cara de circunstancia, por lo que recojí rápidamente la mía para evitar cualquier enredo. Poco a poco empecé a vislumbrar, un pez rojizo que subía a la superfície, asegurando la pieza con el salabre para embarcarla.Un bonito cabracho, había sucumbido a un Salty de color rojizo/naranja.



Lo que más me alegra de toda la jornada, evidentemente fue la captura echa por mi compañera, que vive con igual o mayor entusiasmo que yo esta afición, me siento un privilegiado.

domingo, 9 de enero de 2011

Besugos: las primeras capturas del año





Con la entrada del nuevo año, estaba deseoso de volver a salir a pescar. El primer día del año estaba marcado en el calendario también como el primer día de pesca, pero por diferentes motivos pospuse la salida hasta el 2. Después de revisar los partes del tiempo y comprobar que las condiciones podían ser idóneas para ir a pescar a gran fondo (además de disponer de buenos cebos) sólo me faltaba decidir la hora, a la que poner el despertador para el día siguiente.




Siempre me gusta llegar pronto a la zona de pesca e incluso a veces peco de estar demasiado pronto en la barca, lo que me permite prepar los equipos con tranquilidad y calentar bien el motor. Aunque estos madrugones a algún que otro compañero/a, le traen por la calle de la amargura, pero aquí sí que utilizo el dicho de que "dónde manda patrón... ". Así que con todo prácticamente listo, rumbo al pesquero.



Una vez en la zona compruebo que no hay mucha deriva y que la corriente nos permite pescar bastante bien, sin necesidad de utilizar el fondeo, ni grandes plomadas. Así que manos a la obra, aparejo al fondo con un volantín armado con 4 anzuelos del nº2 y del nº1; cebados con caballa y calamar; con cametas de unos 25/30 cmts y con un plomo de 250 grs, que nos permitía pescar con la línea prácticamente en vertical y también de manera "ligera", sin necesidad de sobrecargar el equipo.

Ya en la primera deriva dimos con los besugos, objetivo principal de la salida, que por estas fechas suelen salir generalmente de buen tamaño. Así que con mucho terreno ganado al localizarlos tan pronto, una vez salía de la zona dónde tenía picadas, recuperaba terreno para volver a encontrarlos. Controlando también los movimientos de las otras embarcaciones que pescaban por la zona, para evitar enredos y molestias.

Las picadas se sucedían y en cuanto notaba que ya tenía varios ejemplares clavados, procedía a recuperar linea, eso sí: teniendo bien regulados el freno y la velocidad de recogida. A pesar de esto, en varias ocasiones partí el volantín por la mitad, recuperando únicamente una o dos piezas, seguramente, por traer el bajo enredado con alguna cameta en la que había pescado. En varias ocasiones subieron 4 besugos a la vez, entre ellos alguno que superaba el kilo. Aquí mi Kaigen 500 se comportó como un jabato, ligerito de peso y con una buena capacidad de arrastre.




Además del buen resultado de la pesca y para acabar de redondear la mañana, un grupo de delfines se acercó por la zona, amenizando aún más la jornada con sus saltos. Por lo que con el ranchito ya hecho, decidí poner rumbo a puerto, que no hace falta abusar...